Los guatemaltecos estamos dados a “crear” y “creer” en “historias”, sin preocuparnos de la veracidad y consecuencias de los hechos.
Rotudamente debe infromarse a la población: no se pueden hacer trasplantes de órganos en una clínica o en una casa clandestina, en la ciudad de Guatemala. No es posible, es mentira que se tomen órganos de niños y se transpanten o aún, que se envíen fuera del país.